El metano hídrico ha entrado en escena como una posible fuente energética para las futuras generaciones. Los geólogos estiman que hay suficiente metano hídrico en el lecho marino de Japón como para suministrar el equivalente a las necesidades durante 100 años de gas natural en todo el país. En la actualidad, Japón importa la mayor parte de sus recursos energéticos.
Se sabe que las tuberías de gas natural que tienen una mezcla de gas y agua se bloquean, paralizando el flujo del gas. Esto ocurre cuando las moléculas de metano en el gas natural quedan atrapadas por moléculas de agua helada, formando una sustancia blanca del tipo del hielo que atasca las tuberías. La sustancia es el metano hídrico, una especie de “hielo inflamable”.
El metano hídrico es una sustancia cristalina parecida al hielo, compuesta de moléculas de agua y metano. Es estable a bajas temperaturas y altas presiones, y se encuentra principalmente bajo el permajel y bajo formaciones geológicas a grandes profundidades oceánicas. Si podemos extraer el metano, lo podremos utilizar para sustituir combustibles como el petróleo y el carbón. En los años setenta, científicos de todo el mundo comenzaron a investigar el potencial del metano hídrico como nueva fuente de energía.
En el caso de que el petróleo se agotara podríamos usar este combustible para los usos cotidianos. En algunos sitios ya se han puesto en marcha proyectos por los cuales se sustituye el petróleo por el metano, como en la construcción de nuevos coches más ecológicos.
Debemos encontrar fuentes de energía más baratas y que pudieran reemplaza al petróleo como combustible, si seguimos así no va a quedar petróleo y causará un gran problema a nivel mundial el cual se podría prevenir introduciendo nuevos inventos para crear energía a partir de materias renovables.