En todas las cadenas de televisión siempre emiten programas de cotilleos que no interesan a la gente, en la que personas famosas y no tan famosas cuentan asuntos de su vida que solo afectan a su familia y si tuviera algo que ver con toda España pues bueno, pero son cosas que a nosotros no nos causa ningún problema. A esto se le llama tele-basura.
Por ejemplo el programa que van a emitir sobre Jesulín en el cual va a contar su vida, y lo más escandaloso de esto es que le van a pagar una gran cantidad de dinero por contar mentiras.
Un niño, de entre cuatro y 12 años, ve una media de 140 minutos de televisión a diario, según la empresa de medición de audiencias Sofres. Son 20 minutos menos que en 1995. Los operadores no producen prácticamente programas para niños y ante la ausencia de contenidos infantiles, su dieta televisiva es la misma que la de los adultos. Deportes, culebrones y sobre todo teleseries de horario nocturno son sus favoritos. "Parejas peleándose, infidelidades, pruebas de ADN para ver la paternidad. Es una locura. Los niños se enfrentan a contenidos inadecuados que pueden influir negativamente en su desarrollo", sostiene Arturo Canalda, Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid.
Las medidas promovidas hace tres años por el Gobierno para intentar expulsar la telebasura de los horarios infantiles se han revelado insuficientes. Los operadores estatales (públicos y privados) firmaron en diciembre de 2004 un código ético y establecieron franjas de protección para los menores en línea con la normativa comunitaria (de seis de la mañana a diez de la noche). Además, el Código de autorregulación sobre contenidos televisivos e infancia fijaba dos tramos superprotegidos: de 8.00 a 9.00 y de 17.00 a 20.00, de lunes a viernes.